Allá van las 5 mejores citas que he sacado de la lectura de «Frankenstein o El moderno Prometeo» de Mary Shelley. Habría muchas más pero me quedo con estas cinco:
1.
«Cuántas cosas estamos a punto de descubrir si la cobardía y la dejadez no entorpeciera nuestra curiosidad.»
Muchas veces no intentamos nada, nos da miedo, somos cobardes para experimentar cosas nuevas, para satisfacer nuestra curiosidad innata de ser humano. Y cuando no es la cobardía, es la dejadez. ¿A qué esperamos para probar? ¿A que se nos acabe esta vida?
2.
«Para examinar los orígenes de la vida, debemos primero conocer la muerte.»
Pues sí. No habría vida si no hubiera muerte, esto tan sencillo es el concepto taoísta del Ying y el Yang que tenemos todos presente. ¿Cómo definiríamos la vida sin la muerte? ¿o el día sin la noche? ¿o el blanco sin el oscuro?
3.
«(…) ni sabía ni entendía nada. Lleno de dolor, me senté y comencé a llorar.»
De nuevo una cita sobre una cualidad innata del hombre, el llanto. En este caso el monstruo de Frankenstein no sabe absolutamente nada, es un recién llegado al mundo, pero lo que mejor le sale es aquello que es innato, el llanto.
4.
«(…) mi tristeza aumentaba con el conocimiento.»
El monstruo va conociendo a los humanos y se va entristeciendo según va avanzando y aprendiendo cosas. Es muy habitual oir la frase de que los ignorantes son más felices. De hecho nuestro refranero tiene un refrán para esto: «ojos que no ven, corazón que no siente». Si no vemos o si no conocemos algo, no sufrimos por eso, somos más felices, por ejemplo, hay personas que no van al médico porque no quieren saber qué enfermedad pueden tener, les da miedo que conocer la enfermedad les haga infelices. Yo argumento que realmente no somos más infelices, sino más realistas, ya que conocer más es conocer la realidad más a fondo.
5,
«El sufrimiento insensibiliza los sentimientos más elementales del hombre.»
Una última cita sobre los sentimientos humanos. Hay uno, el sufrimiento, que anula todos los otros, en este caso el sufrimiento del monstruo anula los sentimientos de ternura, cariño o amor que puede tener hacia los humanos. Sufrir algo mucho hace que descuides otras facetas de tu vida, e incluso, otros sentimientos que puedas tener.