Estos días he leído el libro «El Dr. Jekyll y Mr. Hyde», escrito por mi idolatrado Robert Louis Stevenson, uno de los escritores que más ha hecho porque me guste la literatura. Es uno de esos libros que leí de niño, seguramente en una versión juvenil, pero que de adulto ha estado escondido siempre de mis lecturas sin ninguna razón aparente.
El otro día al pasearme por las secciones que más frecuento en la librería: historia, psicología, empresa, economía, filosofía y casi cualquiera donde los ensayos superan a las novelas, no había nada que me llamara la atención especialmente, así que decidí cambiar de registro e ir a la sección de narrativa a echar un vistazo. Y enseguida fui a ver los libros de Stevenson y allí lo ví … no lo dudé, ya era mío, al fin lo leería de nuevo.
Dr. Jekyll y el Sr. Hyde son dos personajes que están afincados sobradamente en nuestra cultura, todo el mundo conoce que el doctor Jekyll era un honorable médico, querido y respetado por todos los que le conocían y que, en el otro extremo está el señor Hyde, que desprendía una vileza extraordinaria, todo el que se acercaba a él notaba esa maldad y se sentía incómodo a su lado.
El suspense en el libro es muy bueno pero obviamente al ser una historia tan conocida, es difícil de valorarlo, todo el mundo sabe lo que va a pasar.
Lo que tiene más enjundia es el tema de la dualidad bien-mal existente en el ser humano. Stevenson seguramente era partidario de la existencia de esas dos vertientes, buena y mala, en todas las personas. La leyenda dice que quemó el primer manuscrito de la obra por miedo a profundizar en ese tema.
Quizá nunca seamos Jekyll o Hyde, pero creo que Stevenson no iba desencaminado. Personalmente creo que es muy complicado que una persona sea totalmente buena o totalmente mala. Algo de esa dualidad debe existir, es común encontrar historias donde un malvado asesino (o violador o terrorista) tiene un punto bueno y salva a alguien en medio de todos sus delitos. Y por otro lado las personas más buenas, al menos que yo conozco, a veces tienen sus puntos pequeños de envidias, egoísmo o pequeños defectos.
Un libro muy recomendable, yo lo he disfrutado muchísimo. Por si a alguien le interesa, la edición que yo he leído es de Alianza Editorial con una buena traducción de Carmen Criado, no tiene prólogo ni notas ni comentarios ni nada, «sólo» Stevenson, en estado puro. Aquí lo tenéis disponible (sí, es un enlace de Amazon de afiliado).
Pero si alguien la quiere leer en versión original, como ya no tiene derechos de autor, es posible encontrarlo en muchos sitios de forma gratuita, por ejemplo aquí o aquí.